11 de marzo de 2009

Diálogo con la mente y el corazón (II).

REM: Me parece muy acertado y convincente lo que decís. Pero creo que a lo que vos te referís es precisamente a la unidad entre política y religión, más que a la unidad entre Iglesia y Estado. En Estados Unidos nació la idea de la separación entre Estado y religión, y precisamente allí fue donde antes y con más fuerza se aplicó. En Estados Unidos, de hecho, hay mucho celo en torno a esta separación. Por ejemplo, en su Constitución ni siquiera figura la palabra "Dios", y la justicia interviene permanentemente evitando que en las universidades públicas se promueva una religión en particular. Y sin embargo, como vos señalás, los presidentes hablan de Dios y cuando asumen rezan con el pueblo el Padre Nuestro. Pero eso es precisamente acción de las personas, no del Estado.

El Estado no les dice cuál es la religión verdadera. Simplemente permite y hasta fomenta el ejercicio de toda religión (tienen desgravación impositiva, si no me equivoco). Lo que ocurre es que la religión es algo tan íntimo que no puede ser impuesta desde afuera. Para que exista la verdadera religiosidad, la misma, creo, debe surgir desde adentro, y no por acción del Estado.

Por último, quisiera aclarar que yo no critico a la religión católica, sino a la unión entre el Estado y una Iglesia en particular. De hecho, a vos te enseñaron religión en una sociedad con una fuerte separación entre Iglesia y Estado, aunque no del todo completa y en algunos aspectos bastante reciente. Que haya colegios religiosos me parece estupendo.

Y también podría establecerse que en las escuelas públicas cada cual pueda elegir que educación religiosa desea recibir. Pero, para mí, no es el rol del Estado favorecer a una religión en particular, sino en todo caso favorecer la religiosidad del pueblo, una religiosidad que surja desde abajo y que sea auténtica, como ocurre en Estados Unidos.




SK: No comparto decir que si Obama reza el Padrenuestro es una acción del hombre y no del presidente de los Estados Unidos de América. Creo que una cosa no quita a la otra. Es él el que reza y no cumple dos roles distintos: Uno como ser religioso y el otro como presidente. Lo contrario es casi esquizofrénico.

También creo que es demasiado vago hablar de la "religiosidad del pueblo", de hecho los nazis tenían esa religiosidad e hicieron lo que hicieron.

Me parece una buena idea que en un país como la Argentina se vuelva a instaurar la religión en las escuelas públicas. Sin presionar a nadie como era antes. Ya que es obligatoria la educación sexual, también debiera serlo la religiosa. Y ya que el 88% del país es bautizado (si bien es cierto que hay muchos que no participan de los ritos, yo no conozco casi ningún apóstata), sería bueno que se enseñara religión católica. Siempre con la salvedad que los que provienen de otra religión tengan la posibilidad de renunciar a ella y hacer su formación en su respectiva comunidad. Creo que nos ayudaría a crecer…

Finalmente, entiendo que hablar desde la nada o desde un punto neutral, justamente no es nada neutral. El que defiende a todos defiende una posición que es distinta a defender a una sola de las partes. Es decir, acá no podemos ser grises, porque no los hay. Eso es lo que creo de "favorecer la religiosidad del pueblo", es una religión más o una falta de sinceramiento. Porque nadie es neutral y ese supuesto neutralismo siempre es tendencioso. De la misma manera que es tendencioso el rezo de Obama...

REM: Es cierto que él es el presidente. Pero no está imponiendo que recen el Padre Nuestro. Es una costumbre del pueblo y, por más de que se lo pueda relacionar con cualquiera de los numerosos credos cristianos que hay en Estados Unidos, no dice nada acerca de cuál es la religión verdadera. "Separación entre Estado e Iglesia" puede sonar muy similar a "separación entre religión y política", pero no son lo mismo. Por lo primero, me refiero a que el Estado no adopte como política pública el beneficiar a una religión en particular en desmedro de las otras. Lo que hay en Estados Unidos es una religiosidad civil muy fuerte, fruto, en parte, para mí, a que fue el primer país que separó Estado e Iglesia, por lo que su pueblo se vio obligado a buscar la religión de manera libre y voluntaria.

No creo que sea ser débil o hipócrita defender la separación entre Iglesia y Estado. De hecho, aquel que cree que su propia religión no requiere de la ayuda del Estado para poder difundirse, pareciera estar más convencido de su religión que aquel que defiende que el Estado la defienda y la favorezca.

SK: Yo no pienso que se deba imponer nada, ya que una religión que se sigue por la fuerza es una contradicción.

Creo que el caso de Estados Unidos es muy distinto al de acá ya que ellos se formaron justamente por religiones que habían sido echadas y prohibidas en Inglaterra. Contrariamente acá, la masa poblacional siempre ha sido de una misma religión. De hecho, fueron las misiones jesuitas las que hicieron crecer a gran parte de la población indígena. Tanto San Martín y Belgrano (como principales próceres que todos veneramos) le entregaron su sable a la Virgen e incluso muchos religiosos fueron constituyentes en el '53 (aunque de religiosos sólo tenían el nombre). Ya en este siglo podemos recordar que la quema de las Iglesias fue una de las causas (para muchos la principal) de la caída de quien fuera la persona que durante más tiempo gobernó nuestro país en el siglo XX. Con esto quiero hacer notar que las características sociales de ambos países son disímiles y por lo tanto no podemos hablar en iguales términos entre uno y el otro.

Y con respecto a lo último, todos sabemos que una religión se transmite con la predicación y con ejemplo y que si no hay prédica va a ser difícil que haya lo segundo. Por lo tanto puedo estar convencido y pedir ayuda para la divulgación de la religión.

***

REM: Como conclusión, puedo decir que valoro la fuerza, la claridad y el convencimiento con que defendés la necesidad de una mayor religiosidad, de que el pueblo se identifique con un saber moral profundo que lo eleve y lo una. Sin embargo, creo que no coincidimos del todo en los medios para llegar a ese fin. Para mí, aunque quizás en un grado muy pequeño la diferencia podría no sentirse, la unión entre el Estado y una religión en particular, el monopolio religioso, por decirlo de alguna manera, tiende a jugar en contra más que a favor de esa religiosidad auténtica. Apoyaría la desgravación impositiva para las iglesias y que en las escuelas públicas cualquiera pueda solicitar una educación religiosa en particular, pero no que el Estado favoreciera de cualquier manera a una Iglesia discriminando a las otras.

SK: Yo simplemente quisiera agregar que sólo un pueblo religioso puede ser políticamente honesto: "Buenos cristianos y honrados ciudadanos" (San Juan Bosco).

Luchemos por la Verdad.

No hay comentarios: